Nuestros gobernantes inventados han decidido cancelar una serie de rutas de buses en la ciudad a causa de que pasan por donde pasa el MIO y pues obvio el MIO (sistema de transporte masivo recientemente instaurado en Cali para quien no sepa, el cual adema no funciona al 100% y mantiene saturado) no puede tener competencia, debo de MANIFESTAR mi desacuerdo absoluto con esta decisión repentina y que además realmente afecta miles de personas.
Siento un agravio personal al enterarme que una de las rutas eliminadas es el Blanco y Negro 1, cualquier persona que se digne de su caleñidad a montado en estos buses que fueron en el pasado, lo más lujoso, quitarnos este patrimonio cultural de la ciudad es casi como volver ilegal el consumo de pandebono o empanadas en la ciudad, NO ESTOY DE ACUERDO, siento que el MIO no es de nadie, pero nos ha robado algo a todos, manifestémonos porque no aguanta quedarnos para andar solo en MIO, yo a partir de hoy no pongo un pie mas en esa vaina……
Un minuto de Silencio para el Blanco y Negro, un bus brutal, bellos días de ventanas altas y calle quinta cuando aun había arboles y nada azul se veía circular.
2 comentarios:
Un minuto de silencio por las dormidas en "Black and White"...
me sumo al minuto de silencio por el blanco y negro uno, no solo porque ha muerto, y como todo muerto, fue bueno en vida, sino también por todo lo que para un caleno significó haber pasado algún momento de su vida en este, uno de nuestros más típicos transportes públicos supermasivos.
Por las eternas esperas en los trancones de la quinta, tratando de llegar a la santiago de Cali o a Cosmocentro, por los miles de casos sicológicos y sociales que conocimos de primera mano, contados por nuestros desafortunados companeros de viaje que en algún momento nos pidieron "un minuto de nuestro valioso tiempo" para sumar unas cuantas moneditas al rebuscado sueldo del día, por los parceros de univalle que se amontonaban al fondo del bus para hablar, reir y burlarse de lo q paso y lo q dejo de pasar, por los cientos que fuimos víctimas de robos, asaltos, manos lizas y derivados dentro del blanco y negro uno, por los miles que llegaron a su destino por quinientos pesos, saltando la registradora o montándose por la puerta trasera del bus, por los que con kilométricos escribieron sus nombres, apodos y hasta números telefónicos en las tapicerías de sus eternos asientos, por los que montaron sus mochilas, maletas de viajes, sombreros, chingues, bicicletas y mascotas, para llegar al otro extremo de la ciudad, por los que, en medio del trancón de la quinta, se dieron un beso escondidos entre los grandes espaldares de estos, nuestros queridos buses blanco y negro uno... Por lo que hemos vivido en nuestra Cali querida, y por lo que viene por vivir.
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